Tubérculos

Plantar, sembrar

El antiguo dicho nunca ha sido tan cierto: ¡se recoge lo que se siembra! Así que empecemos por respetar el suelo en el que se alojarán nuestros tubérculos…

Lograr el suelo ideal…

Los tubérculos prosperan en las tierras profundas, consistentes, pero bien drenadas. Las tierras arcillo-calcáreas están perfectamente indicadas. Añada arena gruesa durante las labores de la tierra si la textura del suelo es demasiado pegajosa.

El suelo no debe ser demasiado rico en nitrógeno, para que el follaje no se desarrolle en detrimento de las partes subterráneas.

No dude en abonar con cal (enriquecer con mejoradores de suelo cálcicos o calco-magnésicos) cada dos años (dos puñados por metro cuadrado) para corregir la acidificación del suelo que resulta desfavorable para llevar adelante los tubérculos (y también el resto).

Mi consejo: retire cuidadosamente las piedras del suelo durante las labores y la preparación de los parterres ya que las raíces se retuercen o bifurcan si hay piedras.

Mi amiga la patata

fr_az0185_0.jpgDado que su cultivo se considera "limpiador", plante patatas en las tierras recién destinadas a la huerta. El binado, la escarda y la aporcadura que precisa la patata, así como el importante volumen foliar de la planta dificultan el desarrollo de las hierbas silvestres anuales. En cambio, este cultivo no interfiere en el desarrollo de la grama y la correhuela.

Nabos, tupinambos, ajos, cebollas… ¡prudencia!

Algunos tubérculos como el nabo, el colinabo y el tupinambo se consideran como "agotadores" del suelo. Después de cultivarlos, es importante realizar aportes consecuentes de abono rico en ácido fosfórico y en potasa.

Debido a las toxinas que estas plantas segregan en el suelo, no las cultive nunca dos años seguidos en el mismo lugar que las Aliáceas (ajo, cebolla, chalota). Descarte también, durante tres años, estos tubérculos de las tierras que se han mejorado con abono fresco durante las labores de otoño, ya que los bulbos podrían pudrir debido a la materia orgánica que aún no se ha descompuesto totalmente.

Sembrar, es fácil

Los "verdaderos" tubérculos se siembran directamente en el sitio en que se recogerán, en un suelo bien preparado y no se trasplantan para evitar que desarrollen unas raíces bifurcadas. 

No obstante, a algunos jardineros les gusta trasplantar las remolachas, cuando las plantas han desarrollado cuatro o cinco hojas. Esto da unas raíces más gruesas.

Siembre el apio y el colinabo protegidos, y a continuación trasplántelos entre 30 y 45 días después de la germinación. No los entierre demasiado para que el tubérculo se forme bien.

Mi consejo: cuando se trasplanten, elimine un cuarto de la raíz principal para favorecer una producción de radicelas que contribuyan a la recuperación.

Plantar en el momento adecuado

fr_az0186.jpgLos tubérculos se consideran como plantas "de tierra", es decir, que crecen de manera subterránea. Por tanto, se recomienda sembrarlos en las fases decrecientes del ciclo lunar.