Rosales

Identificar, resolver los problemas

La buena salud de sus rosales depende en primer lugar de las condiciones de cultivo: ubicación, horas de luz solar, calidad del suelo, riego, poda, fertilización. En la parte inferior de esta sección encontrará ejemplos visuales para identificar los problemas que se producen y solucionarlos eficazmente.

Posibles amenazas…

A pesar de los cuidados prodigados, sus rosales están sujetos a la amenaza de diferentes agresores: plagas y enfermedades, algunas de las cuales específicas. La sensibilidad a las enfermedades puede ser muy variable en función de la variedad del rosal.

Mi consejo: elimine las flores marchitas y la madera muerta para mantener un aspecto del rosal lo más estético posible, así como para reducir los riesgos de enfermedades.

Prevenir las infestaciones de los rosales

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Es mejor evitar las infestaciones bloqueando el desarrollo de las enfermedades en cuanto aparecen o incluso impidiendo que se desarrollen en las plantas. En esto radica la utilidad de la selección varietal, que permite obtener unos rosales cada vez más resistentes.

Para mantener un rosal sano, elimine las partes muertas, deterioradas, con manchas o grietas. El corte debe dejar al descubierto unos tejidos sanos, que no presenten ninguna marca oscura o de decoloración.

Esta es también la función de los tratamientos preventivos. Algunos productos utilizados en los cultivos biológicos, como el caldo bordelés, resultan eficaces sobre todo como preventivos. En cambio, la mayoría de los fungicidas de síntesis incluyen también una acción curativa.

Mi consejo: las variedades más sensibles a enfermedades bien definidas pueden servirle de prueba. Aplique un tratamiento en cuanto éstas muestren los primeros síntomas, así será más eficaz y limitará los tratamientos. Eso es lo que se denomina una lucha razonada.

Aborto de las flores

Cuando se encharcan y luego se secan rápidamente a un sol ardiente, los sépalos que protegen el capullo de rosa se endurecen e impiden el desarrollo de la flor que cae prematuramente. También pueden aparecer marcas marrones (podredumbre gris). Las variedades antiguas o inglesas de grandes flores que presentan un número extra de pétalos muy elevado son especialmente sensibles a esta afección. Este problema resulta difícil de tratar, salvo evitar mojar las rosas mientras se riega.

Mi consejo: intente despegar a mano los sépalos secos, pero esta delicada operación pocas veces tiene éxito.

Amarilleo de los rosales

En los suelos calcáreos, los rosales tienen dificultad para asimilar el hierro. Esto provoca una clorosis que se manifiesta con la decoloración del limbo de las hojas, de las cuales solo las nervaduras se mantienen verdes. La planta se desarrolla mal, ya que carece de clorofila para transformar correctamente los elementos minerales extraídos del suelo en los azúcares de los que se alimenta.

Mi consejo: el amarilleo de las hojas de un rosal, sobre todo las más antiguas, se debe generalmente a una carencia de magnesio, potasio, nitrógeno, zinc o fósforo. Aplicar un abono para "rosales" rico en oligoelementos desde los primeros síntomas, es a menudo el mejor remedio.

Las enfermedades

 

Mildiu del rosal

Este hongo, muy activo cuando la humedad se estanca en el follaje a una temperatura de 18ºC a 25ºC, aparece en forma de manchas marrón rojizo que se extienden hasta provocar un desecamiento parcial del follaje. Las flores también pueden verse afectadas. El mildiu causa estragos sobre todo en los jardines ventosos. 

Toda la información: la variedad ‘SilverJubilee’ es especialmente sensible al mildiu.

Oídio

Esta enfermedad criptogámica se denomina "mal blanco del rosal" porque los tallos jóvenes, las hojas y los pedúnculos florales se cubren con un característico moho polvoriento gris-blanco. El hongo se desarrolla superficialmente, pero se alimenta directamente de las células del rosal, bloqueando también la fotosíntesis y, por tanto, el crecimiento de la planta. La floración se ve severamente dañada y, en caso de un fuerte ataque, las hojas se desecan. Una primavera suave (más de 20ºC) y húmeda, seguida de un verano lluvioso, al igual que un suelo demasiado ácido y un exceso de fertilización nitrogenada, favorecen la aparición del oídio.

Cuando la temperatura es inferior a 25ºC, puede aplicar un tratamiento con azufre, que es un producto permitido en cultivos biológicos. Cuando hace más calor, hay que utilizar un producto para la "enfermedad de los rosales", ya que el azufre puede provocar quemaduras. Procure que el ramaje del rosal esté bien aireado y no moje el follaje durante el riego. Toda la información: el oídio ataca sistemáticamente a las variedades ‘DorothyPerkins’, ‘Lili Marleen’, ‘Mermaid’, ‘ZéphirineDrouin’ y ‘Madame Isaac Pereire’.

Roya

esta enfermedad se caracteriza por unos puntitos anaranjados que aparecen por la cara inferior de las hojas, formando unas pequeñas pústulas. La roya causa estragos en primavera y en verano, con tiempo cálido y húmedo. Las hojas atacadas, principalmente las situadas en la mitad inferior del rosal, se caen prematuramente, pero no es habitual que la enfermedad se generalice, de ahí que sus efectos resulten más espectaculares que peligrosos. Dado que el hongo inverna en el suelo, recoja rápidamente y queme todas las hojas enfermas.
Los tratamientos aplicados contra la enfermedad de las manchas negras son por lo general suficientes para evitar los ataques de la roya.

Una carencia de potasa también favorece esta enfermedad. Refuerce la fertilización con un abono para "fresas" o "tomates", que contenga siempre una importante dosis de potasa. También puede añadir al suelo en otoño cenizas de madera.

Toda la información: el rosal trepador amarillo ‘Rimosa’ es una de las variedades más sensibles a la roya.

Manchas negras o marsonia

es la enfermedad más habitual en los rosales. Cuando el tiempo es suave y húmedo aparecen puntitos entre marrón oscuro y negruzcos con contornos irregulares aureolados de amarillo y que aumentan. El follaje cae rápidamente. El rosal puede verse completamente pelado a lo largo de julio, lo cual lo debilita seriamente. Aplique obligatoriamente un tratamiento con un producto para "enfermedades de los rosales" cuando las condiciones climáticas sean favorables. Las pulverizaciones preventivas son las más eficaces. Recoja rápidamente las hojas enfermas para evitar la diseminación de la enfermedad. No composte nunca hojas de rosales.

Riegue sin mojar las hojas y durante la poda, elimine las ramas que presenten manchas oscuras sospechosas. Entre las variedades más sensibles al marsonia cabe citar: ‘Cardinal de Richelieu’, ‘Graham Thomas’, ‘Nuageparfumé’, ‘Papa Meilland’, ‘William Shakespeare’, etc.