Plantas de bulbo

Nutrir, podar

Una alimentación frugal y mucho sol: ¡esa es la receta de la felicidad! …

La exposición

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Aparte de las begonias tuberosas que proliferan a la sombra, incluso bastante densa, todos los bulbos de floración estival deben exponerse al sol y al calor.

En el caso de las bulbosas de primavera, la elección de la exposición es fundamental sobre todo en el caso de las especies que permanecen en su sitio. De hecho, la mayoría realiza su ciclo casi completo antes de que aparezca el cubierto de follaje y modifique la intensidad luminosa disponible a la altura del suelo.

Algunas especies poseen unas exigencias especiales

 
  • Arisema: instalar bajo una sombra clara.
  • Brodiaea: instalar a pleno sol en un lugar protegido de las heladas inferiores a -5ºC.
  • Chionodoxa: ideal bajo el cubierto de los arbustos, sobre todo las forsythias.
  • Corona imperial: prolifera tanto al sol como en semisombra.
  • Crocus: prefiere estar a pleno sol para que las flores se abran completamente. A la sombra, permanecen cerradas.
  • Estrella de primavera: a partir de -8ºC, cubra el suelo con un lecho de compost o de hojas muertas para protegerla del frío.
  • Jacinto de los bosques: en grupos generosos, entre los arbustos y en los macizos sombreados.
  • Narciso, puschkinia y escila: se naturalizan muy bien en semisombra.

Mi consejo: desconfíe del viento que puede frenar el desarrollo y sobre todo perjudicar la floración de las grandes bulbosas. Combine estas últimas con arbustos que les proporcionen una protección natural y discreta, pero eficaz.

Nutrir

Dado que los bulbos y los tubérculos constituyen un órgano de reserva, no vale la pena aportar abono en el momento de la plantación. Una concentración de nitrógeno demasiado importante (provocada, por ejemplo, por un uso excesivo de mejoradores de suelo orgánicos) genera un importante desarrollo del follaje en detrimento de la floración, y una sensibilidad exacerbada a los pulgones.

Para asegurar una nueva floración al año siguiente, apórteles a las bulbosas de floración primaveral un abono para "bulbos" o "flores", cuando las flores están marchitas. De hecho, en ese momento es cuando necesitan un mayor aporte nutritivo para reconstituir su bulbo.

Debido al crecimiento vigoroso de algunas especies (canna, dalia sobre todo), se recomienda una fertilización de los bulbos de verano durante la vegetación.

Dado el escaso tiempo de cultivo, resulta preferible utilizar un abono de acción rápida en lugar de un producto de acción progresiva.

Mi consejo: extienda una capa de 3 cm de compost cuando vayan a salir las hojas, ya que resulta beneficioso para la gran mayoría de los bulbos de flores.

Conservar

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Para evitar su degeneración e incluso su desaparición pura y llana, arranquea finales de junio, cuando su follaje amarillee, los bulbos de: Brodiaea, corona imperial, ipheion, jacinto de flores grandes, ornitógalo, narciso híbrido de colores sofisticados, tulipán. Consérvelos durante todo el verano en reposo en una bodega oscura y seca. Las demás especies de floración primaveral pueden dejarse in situ a la espera de que se propaguen (se dice que los bulbos se naturalizan).

En los suelos muy porosos de aquellas regiones con inviernos bastante suaves, se puede dejar permanentemente los tubérculos de las dalias, sobre todo las variedades de flores simples. ¡Pero cuidado con los roedores! Todas las demás especies deben retirarse de la tierra antes de la primera helada e invernarse en un lugar fresco (5/10ºC) en turba o arena seca.

Mi consejo: no olvide etiquetar por especie y por colores los bulbos que almacene para poder componer con gusto los macizos del año siguiente. Mezcle los bulbos de los que haya perdido toda la información, para plantarlos en una sección del huerto. De esta forma producirán flores para hacer ramilletes.