Plantar, sembrar

Un mantillo fértil

Utilice un mantillo ligero y rico, compuesto de varias materias primas, y que no se compacte al apretarlo en la palma de la mano. 

Dado que el mantillo se comprime con los riegos y también se empobrece al absorber las plantas sus nutrientes, hay que cambiarlo cada dos años, e incluso cada año tras un cultivo de plantas anuales u hortalizas.

Mi consejo: desconfíe de los mantillos a precios muy reducidos. Éstos no suelen ofrecer una composición de calidad y pueden contribuir en gran medida a hacer que su cultivo no prospere.

¡Plante!

Pocas son las plantas que sembrará en una maceta o jardinera (capuchina, guisantes de olor, rábanos). Puede intentar producir sus plantas a partir de semillas sembradas en casa, pero comprar vegetales jóvenes producidos por profesionales aumenta sus posibilidades de éxito, al tiempo que proporciona una decoración más inmediata.
 

Respete las temporadas y no plante demasiado pronto (no antes de la segunda quincena de abril) las plantas de verano y, principalmente, los geranios, ya que las mañanas frescas pueden bloquear el crecimiento de estos frioleros vegetales.

Trasplante las plantas poniéndolas cabeza abajo y presionando la maceta con los dedos. Si las raíces están muy apretadas alrededor del cepellón y forman un rodete, debe desenredarlas o incluso cortarlas parcialmente. De lo contrario, su crecimiento podría verse dificultado.

Coloque un lecho de gravilla o de bolitas de arcilla en el fondo del recipiente, para asegurar un correcto drenaje (evacuación del agua excedente). Estos materiales sólidos ralentizan también la compactación del mantillo e impiden que los orificios se obstruyan.

Mi consejo: antes de instalar una planta joven en una jardinera, sumerja el cepellón de raíces en agua hasta que éste quede saturado, es decir, hasta que deje de formar burbujas de aire.