Hortalizas

Identificar, resolver los problemas

¡Todo iba demasiado bien! ¿Pero por qué de repente mis tomates están tan alicaídos? …Arriba el ánimo, ¡organicemos la resistencia!

¡Malditos bichos!

fr_az0170.jpgAleyrodoidos (moscas blancas): cada vez más habituales.

Arañas rojas: cuando el tiempo es cálido y seco, estos minúsculos ácaros invaden las berenjenas cuyo follaje se vuelve gris, se seca y cae.

Dorífora: este coleóptero con traje de preso, igual de virulento en la berenjena que en la patata, y sobre todo sus larvas rosas, destruyen las hojas en un instante.

Babosas: cualquier planta joven de hortaliza recién plantada en la tierra, constituye una irresistible golosina para los gasterópodos. Cuando el tiempo es húmedo, resulta indispensable utilizar trampas anti-babosas pues, de lo contrario, sus cultivos no resistirán al voraz apetito de estas plagas tan discretas como temibles.

Pulgones: muy frecuentes en las judías (pulgón negro); sus picaduras debilitan la planta cuyo crecimiento se reduce.

Las enfermedades

fr_az0171.jpgMildiu: este hongo, habitual en la berenjena y el tomate, decolora las hojas que acaban por oscurecerse y secarse. El crecimiento queda totalmente interrumpido.

Oídio: es la enfermedad del blanco, muy común en la mayoría de las hortalizas y siempre presente en las Cucurbitáceas. Un moho velloso de color blanco grisáceo recubre los tallos y las hojas. La enfermedad prolifera sobre todo al final de la temporada cuando los amaneceres y atardeceres son frescos y húmedos.